Últimamente me asaltaron discusiones absurdas en las que de manera harto extraña se rechaza la teoría del bing bang como una invención despatarrada, a la medicina como un cúmulo de errores, a la psicología como literatura de ficción y a la psiquiatría como una distribución azarosa de píldoras.
Lo curioso es que esta nueva generación ultraescéptica pide turno con el dentista cada vez que lo aqueja una carie y se ocupa de tomar rigurosamente las pastillitas anticonceptivas.

Humahuaca

Con timidez salí de la habitación. La noche estaba fresca, limpia. Me deslice hasta la mesita de madera porosa, la música que llegaba desde la mesa próxima me dio ánimos para el siguiente paso. Sonreí cuando dejó de tocar. Son sólo ensayos, se excusó. Me dejé acompañar por el sonido, charlamos apenas, sin alzar la voz y sin movernos de nuestros lugares. Repasé el cambio del paisaje y la opacidad de los rios que parecen tierra en movimiento. Le sonreí a mi breve soledad.